La última investigación de JPMorgan indica que los reguladores internacionales están más inclinados a apoyar depósitos tokenizados, particularmente aquellos que preservan la estructura y la estabilidad existentes de los sistemas bancarios basados en Fiat, informó el bloque el 18 de julio.
Según el prestamista de Wall Street, los reguladores financieros fuera de los Estados Unidos muestran una creciente preferencia por los depósitos bancarios tokenizados sobre las estables.
La tendencia resalta un cambio en cómo las finanzas tradicionales buscan adaptar las tecnologías digitales sin comprometer las salvaguardas regulatorias y sistémicas del núcleo.
La investigación, dirigida por Nikolaos Panigirtzoglou de JPMorgan, destaca cómo los bancos y reguladores centrales, incluido el Banco de Inglaterra, se inclinan hacia los instrumentos digitales emitidos por bancos comerciales que permanecen completamente integrados dentro del sistema financiero existente.
Estos depósitos tokenizados operan con infraestructura de blockchain mientras mantienen las protecciones fundamentales de los depósitos tradicionales, como el acceso a la liquidez del banco central, los amortiguadores de capital y el cumplimiento de las reglas contra el lavado de dinero.
Preocupaciones de estabilidad y control
La versión de depósitos tokenizados que atraen el soporte más regulatorio es el tipo no transferible, también conocido como depósitos no portadores, que se resuelven entre cuentas a su valor nominal completo.
Estos instrumentos minimizan el riesgo de desviación de precios y preservan la uniformidad en todas las formas de dinero, un concepto a menudo conocido como la “soltería del dinero”.
Por el contrario, las establecoínas y los depósitos digitales transferibles (estilo portador) pueden estar sujetos a fluctuaciones en el valor de mercado debido a preocupaciones crediticias o desajustes de liquidez. Además, las fallas del mercado pasadas han elevado las banderas rojas sobre la volatilidad potencial de las monedas digitales emitidas en privado.
Mientras que las estables se usan más ampliamente en los mercados de criptografía debido a su facilidad de transferencia y liquidez amplia, el informe de JPMorgan señaló que dichos activos a menudo mantienen su respaldo dentro del sistema bancario tradicional al invertir en instrumentos como la deuda gubernamental a corto plazo.
Como tal, no representan una verdadera salida del marco financiero regulado.
Caminos divergentes
En regiones como el Reino Unido, los reguladores han cuestionado la viabilidad de permitir que los bancos comerciales emitan estables, especialmente en los marcos que pueden requerir que tengan reservas del banco central sin generar rendimiento.
El análisis de JPMorgan sugirió que tales condiciones reducirían los incentivos para que los bancos emitan sus propias establo.
Mientras tanto, los formuladores de políticas estadounidenses están adoptando una postura diferente. La aprobación esperada de la Ley Genius, un esfuerzo legislativo dirigido por el presidente Donald Trump, permitiría a los bancos emitir stablecoins directamente y promover su uso en los pagos nacionales.
Esto señala un enfoque más abierto para integrar estables de establo dentro del ecosistema financiero más amplio.
JPMorgan está explorando soluciones tokenizadas a través de JPMD, una moneda de depósito permiso que actualmente se está puso a prueba en la base. El prestamista también está probando las aguas con stablecoins a puerta cerrada.
El banco presentó una marca comercial para el producto de token de depósito en junio, señalando posibles aplicaciones en liquidación, finanzas programables y transferencias de banco intermedio.