
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ha sancionado a dos ciudadanos iraníes acusados de orquestar transacciones criptográficas para ayudar a Teherán a vender el petróleo en desafío a las restricciones internacionales.
El 16 de septiembre, OFAC nombró a Alireza Derakhshan y Arash Estaki Alivand como figuras centrales en una red que movió más de $ 100 millones en criptografía entre 2023 y 2025.
Según la agencia, la pareja se basó en múltiples compañías delanteras en las jurisdicciones para oscurecer el rastro de los fondos utilizados en el comercio de petróleo por ocrito de Irán.
Las designaciones se realizaron bajo la Orden Ejecutiva 13224, un marco legal que se dirige a las personas que ayudan materialmente o financian a las entidades relacionadas con el terrorismo.
OFAC declaró que ambos hombres brindaron apoyo financiero y tecnológico a la fuerza del Cuerpo de Guardia Revolucionaria Islámica-Qods (IRGC-QF), una de las ramas militares más sancionadas de Irán.
Alivand, descrito como un corredor de petróleo y facilitador financiero, trabajó en estrecha colaboración con la compañía al-Qatirji con sede en Siria, un socio desde hace mucho tiempo del IRGC-QF en la distribución del petróleo iraní.
En 2023, organizó un pago de una compañía frontal dirigida por Derakhshan a Al-Qatirji, vinculando las transacciones basadas en criptografía directamente con las ventas de petróleo sancionadas.
Alivand también realizó transacciones multimillonarias de dólares con Tawfiq Muhammad Sa’id Al-Law, un cambiador de dinero vinculado a Hezbolá que proporcionó acceso a billeteras digitales para fondos vinculados a las operaciones IRGC-QF.
El papel de Derakhshan fue igualmente significativo. Estableció y operó empresas en Hong Kong y los Emiratos Árabes Unidos para procesar transacciones para entidades iraníes que ya están bajo sanción.
Estas estructuras permitieron a Teherán evitar restricciones mientras mantienen los flujos financieros activos en los mercados globales.
John K. Hurley, el subsecretario del Tesoro de Terrorismo e Inteligencia Financiera, dijo:
“Las entidades iraníes dependen de las redes de banca en la sombra para evadir las sanciones y mover a millones a través del sistema financiero internacional”.
Como resultado de las designaciones, a ambos hombres ahora tienen prohibido interactuar con personas o instituciones estadounidenses. Cualquier persona encontrada que facilite sus transacciones arriesga a las sanciones secundarias.
La medida resalta cómo los estados sancionados recurren cada vez más a la criptografía para eludir las barreras financieras tradicionales. La estrategia de Irán refleja las tácticas utilizadas por Rusia desde la invasión de Ucrania, donde los activos digitales se han convertido en parte del juego de herramientas para pasar por alto las sanciones occidentales.
