Para comprender cómo estas mejoras científicas cambiarán el mundo de las cadenas de bloques, vale la pena ver cómo llegamos aquí en primer lugar: las cadenas de bloques utilizan una gran cantidad de potencia informática de una manera que muchos, alguna vez, habrían considerado un desperdicio. Nuevamente, si nos remontamos a los primeros días de la informática, la memoria y los recursos informáticos eran tan escasos que la gente omitió el número de la mitad del año (el “19” en “1985”) para ahorrar espacio. Un sistema de prueba de trabajo con miles de procesos paralelos se habría considerado un desperdicio imposible. El problema con las cadenas de bloques es que obtienen su seguridad y valor rehaciendo cosas repetidamente. Todos revisan balances y cálculos, los verifican y tratan de llegar a un consenso. Si pudiera elegir una parte confiable para gestionar todo el proceso, podríamos hacerlo todo con un 99 % menos de esfuerzo. El problema es que actualmente tenemos una escasez bastante deprimente de autoridades centrales confiables.