Mientras que algunos han denominado Google Cloud Universal Ledger como un “asesino XRP”, los críticos siguen siendo escépticos, argumentando que su control centralizado de Google se dirige en contra de los principios centrales de la descentralización.
El debate sobre la centralización versus la descentralización
El recientemente lanzado Google Cloud Universal Ledger (GCUL), una cadena de bloques privada y permisada, se está posicionando como una plataforma segura para administrar el ciclo de vida completo de los activos digitales. Construido en un “modelo de asociación”, Gcule está diseñado para complementar los marcos comerciales existentes en lugar de competir con ellos. Dirigido a las instituciones financieras, la plataforma promete beneficios significativos tanto para los proveedores de servicios como para sus clientes.
Aunque algunos han denominado Gcul como un “asesino XRP”, su debut ha dejado partes de la industria escéptica. Los críticos argumentan que no importa cuán grande o recurrente sea una plataforma, no puede considerarse verdaderamente descentralizada si es propiedad o controlada por una sola entidad.
Otros, sin embargo, ven la experiencia técnica y la fortaleza financiera de Google como ventajas clave. Sugieren que, en lugar de construir una cadena de bloques desde cero, los proyectos centrados en el nicho pueden encontrar más eficiente lanzar en GCUL. Este punto de vista se hace eco de Luigi d’Anorio Demeo, director de estrategia de AVA Labs, quien anticipa que las empresas cripto-avance bien financiadas optarán cada vez más por desplegar sus propias cadenas de la capa 1.
“A medida que aumenta el mercado y la demanda, la mayoría de las empresas no estarán dispuestas a construir una cadena desde cero y en su lugar optarán por una pila como Avalanche, lo que les permite lanzar su propia L1 en minutos”, explica Demeo.
Esa perspectiva es desafiada por aquellos que rechazan la noción de que los sistemas permisos califican como blockchains. Yann Régis-Giana, jefe de ingeniería central de Nomadic Labs, argumenta que si bien Google puede tener éxito en atraer a los socios a GCUL, su falta de descentralización significa que funciona más como una base de datos que una cadena de bloques.
Shahaf Bar-Geffen, CEO de Coti, comparte este sentimiento, afirmando que una cadena de bloques no puede considerarse pública independientemente de su eficiencia.
“Si bien Gcul se posiciona como una capa 1, su naturaleza privada y permisada, gestionada únicamente por Google, conduzca significativamente del espíritu de las cadenas públicas como Ethereum. Una cadena controlada centralmente como GCUL podría ofrecer una mayor eficiencia para casos de uso institucional específicos, pero no heredará los beneficios de ser completamente malvados y ‘sin confianza'”, argumenta la barra.
¿Gcul es ‘crediblemente neutral’?
En su lanzamiento, Gcul fue descrito por un ejecutivo de Google como una plataforma “creíblemente neutral”, una afirmación que provocó un debate.
En los comentarios escritos a Bitcoin.com News, Bar-Geffen llamó a la reclamación de neutralidad de Widmann como “intrigante”, pero cuestionó su viabilidad. Señaló que en un sistema donde Google controla la participación del nodo y potencialmente los flujos de datos, la verdadera neutralidad es difícil de lograr. Incluso si Google persigue la imparcialidad a través de auditorías y estándares, Bar-Geffen advierte que los intereses corporativos aún podrían influir en las decisiones. El control centralizado, agrega, podría dar lugar a tiempo de inactividad unilateral o retroceso de la cadena.
Uno de los puntos de venta clave de GCUL es su potencial para abordar la fragmentación que afecta a las finanzas digitales. Sin embargo, los críticos argumentan que puede profundizar la fragmentación creando un ecosistema cerrado limitado a los socios de Google. Régis-Giana ve esto como una extensión de la estrategia de larga data de Google de construir “jardines amurallados”.
“La verdadera promesa de blockchains es la composibilidad y la interoperabilidad. Cada nuevo jardín amurallado nos empuja más lejos de ese objetivo”, sostiene Régis-Giana.
Bar-Geffen está de acuerdo, lo que sugiere que un ecosistema cerrado en torno a Gcul es un resultado probable dada su estructura de permiso y la historia de Google en tecnología.
“Esta fragmentación socava el objetivo central de Web3 de la interoperabilidad global, donde los activos y los datos fluyen sin problemas a través de las cadenas sin guardianes, aunque hay planes para conectarse al ecosistema Web3 más amplio para la liquidez”, agrega.
