La Medida Provisional que puso fin a las exenciones fiscales para los pequeños poseedores de criptomonedas fue derrotada en el Congreso, siendo retirada de la agenda de discusión con 251 votos. El presidente Lula calificó este acontecimiento como una “derrota impuesta al pueblo brasileño”, mientras que los grupos criptográficos locales aplaudieron el resultado.
Brasil derrota la medida de impuesto a las criptomonedas en el Congreso
La industria de las criptomonedas en Brasil ha dado un suspiro de alivio con los últimos acontecimientos relacionados con la implementación de un nuevo impuesto a la renta para los comerciantes de criptomonedas. La Medida Provisional 1.303, promulgada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en junio, puso fin a las exenciones del impuesto sobre la renta para los pequeños comerciantes de criptomonedas que movieran menos de 35.000 reales (casi 6.500 dólares), estableciendo una tarifa fija del 17,5% para todos los comerciantes.
La medida tenía hasta el 8 de octubre para ser discutida y aprobada por el Congreso brasileño, o perdería su validez. El texto fue aprobado por una comisión mixta por 13 a 12 votos y la tasa se incrementó al 18%.
Sin embargo, el Congreso acordó retirar la medida del orden del día, con 251 votos a favor y 193 votos en contra, dejando sin efecto las disposiciones de la medida.
Muchos grupos vinculados a la industria de la criptografía aplaudieron este resultado y señalaron los efectos perniciosos de su posible aprobación. La industria de las criptomonedas había estado presionando para lograr esta victoria, temiendo un éxodo de los tenedores brasileños hacia las divisas.
La Asociación Brasileña de Empresas de Tokenización y Blockchain (ABToken) se refirió a la importancia de esta decisión para el ecosistema brasileño de criptomonedas en general. “Fomentar las inversiones mediante exenciones es una de las políticas más serias que un gobierno puede adoptar. Hoy celebramos la caída de la PM 1.303 y la sabiduría del Congreso”, dijo la asociación a Valor Económico.
Sin embargo, el presidente Lula planteó esta derrota desde una perspectiva diferente, ya que la medida también afectó a los pagos de acciones y otras inversiones financieras. En las redes sociales, el dirigente destacó que la derogación de esta iniciativa no fue “una derrota impuesta al gobierno, sino al pueblo brasileño”.
Como resultado, el gobierno brasileño tendrá que reestructurar sus propuestas de gasto presupuestario, esperando recibir ingresos del orden de 17 mil millones de reales (más de 3 mil millones de dólares) para su implementación en 2026.