Dos empresarios de Brianza están bajo investigación por presunto espionajeque también involucra criptomonedas, a favor de Rusia.
De hecho, a través de criptomonedas y contactos vía Telegram, supuestamente recabaron información confidencial, proponiendo acciones de vigilancia y sabotaje en ciudades italianas estratégicas. Veamos todos los detalles en este artículo.
Posible colaboración con Rusia: la acusan de haber proporcionado información sensible a cambio de la cripto Bitcoin
La Fiscalía de Milán ha puesto de relieve una supuesta actividad de espionaje que involucra a dos empresarios de Brianza, acusados de haber proporcionado información sensible a los servicios secretos rusos a cambio de criptomonedas.
Las investigaciones, realizadas por el fiscal jefe Marcello Viola y sus colaboradores, han sacado a la luz una red de comunicaciones y pagos ocultos. Revelando así un panorama inquietante de amenazas potenciales a la seguridad nacional.
Los dos hombres, identificados como PS, de 60 años, propietario de una sociedad inmobiliaria, y FC, de 32 años, socio minoritario con declaradas simpatías por Moscú, han sido acusados de corrupción en favor de extranjeros con fines de terrorismo subversivo.
Es decir, los delitos contemplados en los artículos 246 y 270 bis del Código Penal. Las investigaciones comenzaron en abril de 2024, cuando las autoridades identificaron comunicaciones sospechosas entre los dos italianos y agentes del FSB, el servicio de inteligencia ruso.
El contacto inicial se habría producido a través de un correo electrónico enviado a la cuenta institucional de los servicios secretos de Moscú, para luego continuar en plataformas de mensajería como Telegram.
Según los informes, al PS y al FC se les encomendó la tarea de recopilar imágenes de lugares estratégicos en ciudades italianas, como Milán y Roma, y de monitorear sitios militares, incluida la base de Aviano.
Además, habrían propuesto la instalación de cámaras en los taxis milaneses para recopilar información sobre los movimientos de las personas de interés.
Entre las actividades documentadas está el seguimiento de un ciudadano romano, identificado como RB, con el objetivo de fotografiar su residencia, su coche y sus conocidos. A cambio, los dos recibieron pagos en bitcoin, uno de los cuales ascendió a 2.000 euros.
Misiones, sabotajes e intentos fallidos
Entre la información proporcionada por los dos empresarios se encuentran tomas del Duomo di Milano y detalles sobre técnicos capaces de construir drones. Sin embargo, las misiones no se limitaron a simples fotografías.
En algunos chats interceptados, PS supuestamente ofrecía a sus contactos rusos acceso a información confidencial de la OTAN, que afirmó haber obtenido de agentes del servicio de inteligencia italiano.
Las conversaciones, ahora parcialmente publicadas por Fatto Quotidiano, muestran cómo el PS prometió traer físicamente algunos expedientes a Rusia, aunque el acuerdo nunca se concretó.
Otras hipótesis de sabotaje, que deberían haber tenido lugar en Roma, siguen en el centro de las investigaciones. En total, los dos habrían recibido un total de 10.000€ en criptomonedas.
Sin embargo, antes de que las autoridades pudieran recuperar más pruebas, PS y FC ya habían borrado gran parte de sus conversaciones con el FSB.
La investigación y las implicaciones legales.
La actividad de los dos empresarios se detuvo repentinamente en mayo de 2024, poco después del inicio de la investigación.
Las autoridades italianas han iniciado registros e incautaciones, sacando a la luz más detalles sobre la red de contactos y la organización de operaciones de espionaje.
Además de corrupción a favor de extranjeros, las acusaciones también incluyen intentos de crear una red de monitoreo para capturar rostros, reuniones y movimientos a través de cámaras ubicadas estratégicamente.
Las cooperativas de taxis milanesas implicadas en el plan rechazaron la propuesta, impidiendo así que el proyecto tomara forma.
Un elemento crucial de las investigaciones está representado por la posible implicación de otras materias. Los investigadores están examinando si ha habido otras colaboraciones con miembros de las fuerzas armadas o de instituciones italianas.
El caso surge en un momento delicado para las relaciones entre Rusia y Occidente, exacerbado por la guerra en Ucrania y las crecientes tensiones a nivel internacional.
Las acusaciones contra los dos empresarios reflejan no sólo el riesgo de infiltración extranjera, sino también la facilidad con la que se pueden utilizar las criptomonedas para financiar attività illecite.
La Fiscalía de Milán destaca que el uso de bitcoin y otras monedas digitales dificulta el seguimiento de los flujos de dinero, ofreciendo un canal ideal para financiar operaciones de espionaje y terrorismo.