Uno de los factores más importantes para la industria de la criptografía no radica en la dinámica del mercado, sino en el ámbito político.
La retórica pro-criptomoneda de Trump ciertamente acaparó los titulares, pero el verdadero catalizador para los bancos y otros intermediarios financieros es probablemente una barrida republicana en el Congreso, dado que la mayoría de sus promesas requerirían aprobación legislativa. Con un fuerte respaldo republicano y un apoyo bipartidista que también muestra impulso, sería mucho más probable que se aprobara la legalización compatible con las criptomonedas.
Dos acontecimientos son fundamentales para este cambio: el desmantelamiento del SAB 121 de la SEC (que ha mantenido al margen a gran parte del sector financiero) y la Ley Bitcoin 2024 (que propone una reserva nacional de bitcoins).
Revocación del SAB 121
SAB 121 es un boletín contable polémico que ha creado una carga de cumplimiento, desalentando a los bancos a ofrecer servicios como la custodia de criptomonedas, a pesar de la creciente demanda de los clientes (y probablemente de los propios bancos).
El desmantelamiento del SAB 121 eliminaría un importante estrangulamiento para los bancos, permitiéndoles ofrecer servicios de custodia de criptomonedas y diversificar aún más su oferta de productos en apuestas y otros productos que generen rendimiento. Esto refleja lo que hemos visto en el mercado de ETF, donde la participación institucional cambia fundamentalmente la dinámica del mercado.
También permitiría a los bancos defender sus activos bajo administración, retener clientes y aumentar su participación en la billetera entre los clientes existentes interesados en las criptomonedas, al tiempo que atraería a una generación más joven de clientes cripto-nativos.
Este es probablemente el camino hacia la adopción generalizada, ya que los bancos podrían ofrecer a los clientes minoristas servicios financieros simplificados o “todo en uno”.
Ley Bitcoin 2024
Trump también prometió impulsar la Ley Bitcoin 2024, cuyo objetivo es establecer una reserva estratégica de bitcoins como parte de las reservas del Tesoro de Estados Unidos. Ya se están llevando a cabo iniciativas similares en Brasil, y estados estadounidenses como Pensilvania ya han introducido su propio proyecto de ley de reserva de bitcoins.
Si se adopta, el estatus de refugio seguro del bitcoin estaría plenamente legitimado, y las implicaciones para el mercado podrían ser sustanciales al cambiar fundamentalmente la forma en que los bancos centrales y los tesoreros corporativos abordan sus estrategias de asignación.
Ya hemos visto cómo la participación de los pesos pesados de TradFi y los flujos institucionales de ETF puede impactar el mercado, y las compras de los bancos centrales podrían amplificar estos efectos dramáticamente.
Figuras políticas como la senadora Cynthia Lummis incluso sugieren que la Reserva Federal debería reasignar algunas de sus reservas de oro a bitcoin, abriendo la posibilidad de que bitcoin reduzca su brecha con la capitalización de mercado de 17,7 billones de dólares del oro, más de 9 veces los 1,9 billones de dólares de bitcoin.
Promesas adicionales
La agenda más amplia de Trump también apunta al cierre de las restricciones bancarias vinculadas a la Operación Choke Point 2.0, una medida que supuestamente ha desbancarizado a más de 70 empresas de criptomonedas, según Marc Andreessen de a16z.
Mientras tanto, la oposición de Trump a una moneda digital del banco central (CBDC) emitida por la Fed se alinea con los esfuerzos republicanos para proteger la privacidad a través de medidas como la Ley Antivigilancia de CBDC, que prohibiría a la Fed usar una CBDC sin la aprobación del Congreso.
Queda por ver si Estados Unidos pasará de ser un rezagado regulatorio a un líder legislativo. Pero la oportunidad es clara: Estados Unidos es el mercado financiero más grande del mundo y tiene el potencial de aportar cambios sustanciales y tracción a la criptoeconomía.