Durante años, XRP ha estado en los titulares en el mundo criptográfico: parte del sobreviviente de la demanda, parte del ferrocarril de pago, parte del activo especulativo. Pero ahora, una nueva comparación está haciendo las rondas: ¿podría el futuro de XRP parecerse mucho a Oil’s?
Esa es la pregunta planteada por el analista Brad Kimes en Paul Barron Podcast, Quién dice que el token algún día puede ser manejado de manera similar a la forma en que la OPEP supervisa los mercados crudos. La idea no es tan descabellada como parece.
Una página del libro de jugadas de la OPEP
Los productores de petróleo tienen una oferta y demanda larga y equilibrada al abrir y cerrar los grifos. Cuando los precios son demasiado altos, los gobiernos también pueden apoyarse en las reservas estratégicas, inundando el mercado para enfriar las cosas. El resultado: una mercancía que es global, esencial y bien administrada.
Kimes ve ecos de eso en XRP. Ripple, que creó el token, todavía tiene un depósito masivo de monedas. Si se publica gradual y estratégicamente, argumenta, esas reservas podrían estabilizar los cambios de precios, creando un mercado digital menos propenso a la volatilidad salvaje que define gran parte de la criptografía.
La lenta marcha hacia el estado monetario
XRP ya marca dos de las tres casillas de dinero: es una tienda de valor y un medio de intercambio. La tercera pieza faltante, una unidad de cuenta ampliamente aceptada, podría venir con tiempo y claridad regulatoria. Compara el proceso con el lento aumento del dólar estadounidense con el dominio global después de la Segunda Guerra Mundial, una transición que se extendió durante más de una década antes de que el dólar se convirtiera en la moneda de reserva mundial.
Bonos, crisis y “dinero nuevo”
La especulación no se detiene allí. Kimes ve un futuro en el que el Tesoro de los Estados Unidos emite bonos digitales vinculados a activos como XRP y Bitcoin. Piense en ello como “bonos en tiempos de guerra” para una crisis financiera, nuevos instrumentos que crean liquidez sin cargar a los contribuyentes.
Esto, argumenta, podría resolver lo que los bancos centrales no pueden simplemente imprimir su camino: un problema de dinero moderno. Al atar los bonos a las reservas digitales, los gobiernos podrían inyectar estabilidad en un sistema frágil.
Lo que podría significar para el precio
Si Ripple alguna vez asegurara una licencia bancaria nacional y acceso a una cuenta maestra de la Reserva Federal, su depósito en garantía podría transformarse en algo como un prestamista digital del último recurso. Al igual que las reservas de petróleo se aprovechan durante las emergencias, XRP podría liberarse a una liquidez global constante.
Es una tesis embriagadora, y Kimes admite que es especulativo. Pero la analogía del petróleo brinda a los inversores y formuladores de políticas una lente fresca: XRP puede no ser solo una moneda que lucha por relevancia. En el marco correcto, podría evolucionar a un activo global administrado, su precio no solo por los mercados, sino por la estrategia.
