Conclusiones clave
- David Sacks defendió la orden ejecutiva de la administración Trump sobre inteligencia artificial.
- La orden describe la política federal para la supervisión y el desarrollo de la IA en Estados Unidos.
El zar de la inteligencia artificial y las criptomonedas de Trump, David Sacks, defendió la orden ejecutiva de la administración sobre inteligencia artificial, diciendo que Estados Unidos corre el riesgo de perder su liderazgo sobre China a menos que adopte un marco regulatorio nacional unificado.
Hablando esta mañana en “Mornings with Maria” de Fox Business, dijo que Estados Unidos está a la cabeza en la carrera de la IA, pero que China sigue siendo altamente competitiva, y los innovadores estadounidenses podrían quedarse atrás si se ven obligados a cumplir con un mosaico de reglas contradictorias sobre la IA que están surgiendo en los 50 estados.
“Si tienes que informar a 50 reguladores estatales diferentes en 50 momentos diferentes con 50 definiciones diferentes, es extremadamente oneroso. Y ralentizará la innovación y obstaculizará nuestro progreso en la carrera de la IA”, enfatizó Sacks.
“Así que si queremos mantenernos a la cabeza, como ha declarado el presidente Trump, necesitamos tener un estándar nacional único, un estándar para la IA, de modo que los estados más onerosos, los más draconianos, no puedan detenernos”, dijo. “Queremos trabajar con el Congreso en esto”.
Hasta que se establezca una norma nacional, Sacks dijo que la administración está preparada para rechazar lo que considera regulaciones estatales excesivamente restrictivas.
Trump firmó el jueves una nueva orden ejecutiva, titulada “Garantizar una política nacional para la inteligencia artificial”, para contrarrestar las leyes estatales de IA que alteran los resultados veraces de los modelos, restringen la innovación o interfieren con el comercio interestatal, al tiempo que promueve una política nacional unificada de IA.
La orden se enfrenta a un retroceso bipartidista, ya que los críticos advierten que amplifica las amenazas de los chatbots de inteligencia artificial, las herramientas de vigilancia y el sesgo sistémico. La alarma está aumentando incluso entre algunas voces conservadoras.
