Cuando el Banco Central de Rusia anunció que no tocaría su tasa de interés del 21%, tomó a muchos por sorpresa. La gente esperaba un aumento, tal vez del 22%, tal vez incluso más. Pero no. Se mantuvieron firmes. ¿Qué está pasando aquí? Profundicemos en su razonamiento, porque dice mucho sobre cómo están manejando la economía en este momento.
¿Por qué mantenerlo en el 21%?
El banco central tenía tres opciones sobre la mesa: dejar la tasa como está, aumentarla al 22% o llegar hasta el 23%. Al final, eligieron la estabilidad. La gobernadora Elvira Nabiullina explicó la lógica. Señaló una desaceleración en el crecimiento del crédito como un factor importante. Básicamente, la gente no se endeuda tanto. Y el vicegobernador Alexei Zabotkin la respaldó, diciendo que los últimos datos muestran que la tasa actual ya está haciendo su trabajo. Están jugando un juego cauteloso aquí. Aumentar aún más las tasas podría perjudicar más de lo que ayuda.
Tasas altas: ¿mal necesario o exageración?
Aquí es donde las cosas se ponen complicadas. A nadie le gustan las altas tasas de interés. Encarecen los préstamos y frenan el crecimiento económico. Pero Nabiullina insiste en que vale la pena. ¿Por qué? Porque la inflación sigue siendo un problema en Rusia y la economía necesita mantenerse equilibrada.
También reconoció las críticas. “Sí, estas tarifas son estrictas”, admitió. Pero también son temporales. Según ella, las políticas implementadas desde mediados de 2023 ya están surtiendo efecto. La clave es la paciencia. El control de la inflación no se logra de la noche a la mañana, especialmente en una economía como Rusia que enfrenta desafíos únicos.
Sin embargo, si la inflación no disminuye pronto, el banco tiene un plan de respaldo. Nabiullina lo llama “Plan B”, que básicamente significa mantener el enfoque actual por ahora, modificándolo si es necesario.
¿Qué pasa con el rublo?
La estabilidad monetaria es otra pieza de este rompecabezas. El Banco Central mantiene su política de tipo de cambio flotante. Esto significa que el mercado decide el valor del rublo, no el banco.
Algunos temen que esto pueda debilitar la moneda. Pero Nabiullina no está demasiado preocupada. Sostiene que las balanzas comerciales (cuánto exporta Rusia frente a sus importaciones) son más importantes. Y ahora mismo no hay motivo para entrar en pánico. El rublo se mantiene firme.
La visión del banco central hacia Bitcoin
El Banco Central de Rusia ha hecho una declaración audaz y es posible que los entusiastas de las criptomonedas no estén contentos con ella. Dejaron en claro que no quieren que Bitcoin u otras criptomonedas se utilicen para pagos nacionales. Están ignorando las criptomonedas porque les preocupan los riesgos y las cuestiones regulatorias. Hace apenas unos días, un diputado propuso la creación de una reserva de Bitcoin. Esto sucedió después de que el presidente Putin expresara su apoyo a Bitcoin. Rusia está trabajando para que varias regulaciones criptográficas se utilicen únicamente para el comercio exterior.
¿Qué sigue?
Por ahora, parece que el Banco Central está concentrado en esperar a que pasen las cosas. Están apostando a que su estrategia actual controlará la inflación sin paralizar la economía. ¿Funcionará? Sólo el tiempo lo dirá. Pero una cosa está clara: están caminando sobre la cuerda floja, tratando de equilibrar el crecimiento, la inflación y la estabilidad monetaria, todo al mismo tiempo. Una cosa importante a tener en cuenta es que su postura es diferente a la del presidente de la nación.