El jefe de criptomonedas designado por la administración Trump, David Sacks, recurrió a las redes sociales para denunciar la Operación Choke Point 2.0, un supuesto esfuerzo de los reguladores estadounidenses para restringir el acceso bancario a las empresas de criptomonedas.
Sacks expresó su preocupación por los impactos negativos de la política y tuiteó que han surgido “demasiadas historias” de personas perjudicadas por estas medidas.
El expresidente Donald Trump prometió recientemente que, si fuera reelegido, “pondría fin inmediatamente a la Operación Choke Point 2.0” para garantizar un entorno bancario justo e inclusivo para las empresas de cifrado.
La Operación Choke Point 2.0 se percibe como una versión moderna de la Operación Choke Point original, que se implementó durante la administración Obama. El programa anterior tenía como objetivo recortar los servicios bancarios a industrias consideradas de alto riesgo, como los prestamistas de día de pago y los traficantes de armas de fuego. Los críticos argumentan que el renovado enfoque en las empresas de criptomonedas sofoca la innovación y podría dañar la posición de Estados Unidos en la economía digital global.
El debate en torno a la política se intensificó después de que Chris Lane, un destacado comentarista criptográfico, compartiera su perspectiva sobre las implicaciones de la política. Lane destacó el papel fundamental de SEN (Silvergate Exchange Network) del Silvergate Bank, un actor clave para facilitar las transacciones de criptomonedas que enfrentaron el escrutinio regulatorio antes de su eventual colapso.
David Sacks se hizo eco de las opiniones de Lane y afirmó que los reguladores desempeñaron un papel decisivo en el colapso de Silvergate. Acusó a las autoridades de tácticas de “cebo y cambio”, afirmando que el banco quedó efectivamente atrapado por una acción regulatoria repentina.
*Este no es un consejo de inversión.