Un proyecto de ley confidencial que circula entre los demócratas del Senado propone una nueva supervisión radical de DeFi, extendiendo las obligaciones de Conozca a su Cliente (KYC) y Anti-Lavado de Dinero (AML) a las interfaces, validadores e incluso operadores de nodos de DeFi.
Según los informes, el proyecto de ley filtrado pretendía ser el contrapeso de los demócratas al proyecto de ley de estructura de mercado respaldado por la Cámara. Sin embargo, se dice que la reacción interna ha estancado esas discusiones más amplias dentro del Comité Bancario del Senado.
Según el marco filtrado, todas las aplicaciones DeFi que permitan transacciones financieras deben implementar controles KYC frontales, que podrían incluir billeteras basadas en navegador e interfaces de liquidez.
El lenguaje filtrado también impone una nueva responsabilidad a los operadores de Oracle, exponiéndolos potencialmente a la aplicación de la ley si los precios están vinculados a protocolos “sancionados”.
El Departamento del Tesoro también obtendría autoridad para crear una “lista restringida” de protocolos considerados demasiado riesgosos para los usuarios estadounidenses.
El senador Rubén Gallego afirmó que el proyecto de ley de los demócratas representa el intento del partido de generar un consenso bipartidista sobre la estructura del mercado de criptomonedas.
Según él:
“Los demócratas se han presentado listos para trabajar… Pidieron papel y sustancia, y los cumplimos”.
Impacto en el mercado
La medida ha provocado una nueva ronda de tensión partidista en Washington, donde legisladores republicanos y figuras de la industria criptográfica advierten que podría paralizar la innovación y empujar la liquidez estadounidense de Bitcoin y Ethereum al extranjero.
Para comprender el riesgo, hay que considerar el panorama actual en el que las plataformas con sede en Estados Unidos representan sólo una pequeña fracción del volumen global.
Según datos de Newhedge, los centros de comercio de criptomonedas de EE. UU. ya captan menos del 10% del volumen de comercio global, mientras que las ocho principales plataformas (principalmente extraterritoriales) representan aproximadamente el 90% de la profundidad del mercado global.

Estas cifras muestran que la liquidez ya gravita hacia plataformas con menos restricciones regulatorias. El cumplimiento forzoso de la propuesta del Senado a nivel de protocolo podría acelerar esa huida.
Si los usuarios estadounidenses se ven obligados a interactuar solo a través de interfaces verificadas por KYC, o si el Tesoro puede bloquear el acceso a protocolos específicos, los operadores que buscan anonimato, flexibilidad y menor fricción pueden migrar a puentes o bolsas de divisas donde esas restricciones son más flexibles o no se aplican.
Con el tiempo, ese cambio afianzaría las plataformas extraterritoriales como centros de liquidez, profundizaría el dominio de las ya grandes bolsas no estadounidenses y fragmentaría el comercio entre jurisdicciones.
Al mismo tiempo, los fondos de liquidez estadounidenses se reducirían debido a un menor número de contrapartes activas, diferenciales más amplios y menor profundidad. Esa fragmentación obstaculizaría la innovación, empeoraría las ineficiencias del mercado y debilitaría la posición competitiva de Estados Unidos en los criptorieles globales.
Además, la implementación de estas reglas podría afectar la interacción de los usuarios de criptomonedas estadounidenses con el sector DeFi en rápida expansión.
Un informe reciente de DeFi Funds reveló que muchos estadounidenses no confían en el sistema financiero tradicional.
Como resultado, han sentido curiosidad por la industria DeFi, que creen que les ofrece más beneficios que el sistema actual, incluido el control sobre su dinero y tarifas de transacción más bajas.
Reacción de la industria
Teniendo en cuenta el importante impacto que este proyecto de ley tendría en el mercado, las partes interesadas de la industria han comenzado a hablar en contra.
Jake Chervinsky, director jurídico de Variant Fund, dijo:
“Muchos aspectos de la propuesta están fundamentalmente rotos y son inviables. Esta no es una ‘primera oferta’ en una negociación, es una lista de demandas que parecen diseñadas para acabar con el proyecto de ley”.
Chervinsky añadió que se trataba de un “ataque sin precedentes”. [and] toma gubernamental inconstitucional de toda una industria”. Añadió:
“No es sólo anti-cripto, es anti-innovación y un precedente peligroso para todo el sector tecnológico”.
Zack Shapiro, jefe de políticas del Bitcoin Policy Institute, se hizo eco de esta opinión al señalar que el borrador “extiende las leyes de finanzas ilícitas para apuntar al software y a los desarrolladores de software en lugar de a la conducta criminal”.
Según él, esto sienta un precedente peligroso para censurar el intercambio privado legal, similar a cómo el gobierno ha atacado a los desarrolladores de Tornado Cash y Samourai Wallet.
El director ejecutivo de Coinbase, Brian Armstrong, dijo que el proyecto de ley “haría retroceder años la innovación” e impediría que Estados Unidos lidere las finanzas criptográficas.
Él afirmó:
“No aceptaremos esto en absoluto. Es una mala propuesta, simple y llanamente, que retrasaría la innovación e impediría que Estados Unidos se convierta en la capital criptográfica del mundo”.
El fundador de Uniswap, Hayden Adams, añadió que el lenguaje “mataría a DeFi” a nivel nacional.
Teniendo esto en cuenta, pidió “un gran cambio por parte de los senadores demócratas” si se quiere continuar con el progreso en la reforma de la estructura de mercado.