El presidente de Liberland, Vít Jedlička, ha nombrado Primer Ministro en funciones a Justin Sun, fundador de TRON y ex embajador de Granada ante la OMC.
El anuncio se produce tras las primeras elecciones al Congreso de Liberland, realizadas a través de un sistema de votación algorítmico basado en blockchain, un experimento audaz de transparencia y democracia descentralizada.
Liberland, un microestado autoproclamado ubicado en un territorio en disputa entre Croacia y Serbia, ha adoptado blockchain como columna vertebral de su gobernanza.
Sus recientes elecciones, presentadas como un modelo infalible de democracia, subrayan este compromiso. Si bien ningún país reconoce formalmente a Liberland como estado, su liderazgo sigue decidido a demostrar su viabilidad.
En las elecciones también se unieron al Congreso el influencer Evan Luthra y la periodista Jillian Godsil, junto con los miembros reelegidos Navid Saberin, Dorian Stern Vukotić y Michal Ptáčník. Junto con Sun, su objetivo es dar forma al futuro de Liberland como un refugio libertario.
La visión libertaria de Justin Sun para Liberland
Sun describió su visión de una interferencia gubernamental mínima, sin impuestos y una economía totalmente basada en blockchain. Comparó a Liberland con el Vaticano —un centro central para los libertarios de todo el mundo— y enfatizó su potencial como modelo de gobernanza voluntaria.
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“Liberlandia no es sólo un país; es una manifestación de una filosofía política que defiende la libertad, la mínima intervención gubernamental y la autonomía individual”, declaró Justin Sun.
“Nuestro éxito puede inspirar a otras naciones a abrazar los principios libertarios, demostrando que un gobierno minimalista puede traer estabilidad y prosperidad sin excesiva regulación o coerción”, añadió.
La economía de Liberland es un experimento audaz de dependencia de las criptomonedas. Con el 99% de sus reservas nacionales en Bitcoin, el microestado adopta plenamente la descentralización. Sin embargo, esta estrategia conlleva riesgos.
La micronación genera ingresos mediante la venta de pasaportes, sellos y monedas, convirtiendo todas las ganancias en Bitcoin. Sin embargo, con infraestructura y servicios esenciales limitados, los críticos cuestionan si este modelo puede sostener un Estado funcional.
La población actual de Liberland incluye alrededor de 1.000 ciudadanos registrados, aunque muchos menos residen en su territorio de llanura aluvial.
El gobierno está redactando leyes y planificando servicios básicos como la atención sanitaria, pero sin reconocimiento ni apoyo externo. El sueño de una utopía libertaria enfrenta importantes obstáculos.
La lucha por el reconocimiento
Liberland ha buscado el reconocimiento de naciones de todo el mundo, incluida Argentina, donde el presidente libertario Javier Milei ha expresado su apoyo público. También ha mirado a países amigables con las criptomonedas como El Salvador y Somalilandia, una región que en sí misma carece de reconocimiento formal.
A pesar de estos esfuerzos, Croacia y Serbia siguen siendo desdeñosos. Croacia ha llegado incluso a arrestar a personas que intentaban establecerse en Liberland. Mientras que Serbia ve la micronación como un truco publicitario.
Sin reconocimiento formal, Liberland permanece aislada de las organizaciones y tratados internacionales, lo que la deja vulnerable a las tensiones geopolíticas en los Balcanes.
Una apuesta audaz con resultados inciertos
El nombramiento de Justin Sun como Primer Ministro en funciones simboliza un nuevo capítulo para Liberland, que combina los ideales libertarios con la innovación blockchain.
Sin embargo, la dependencia del microestado de las criptomonedas, la falta de infraestructura y el aislamiento diplomático plantean dudas sobre su sostenibilidad.
Por ahora, Liberland se erige como un experimento audaz de gobernanza: un faro para quienes defienden la libertad individual y un gobierno mínimo. Si logrará sus nobles objetivos o seguirá siendo un proyecto político marginal depende de su capacidad para navegar las complejidades de la geopolítica y el reconocimiento internacional.