Morgan Stanley anunció que tiene como objetivo desplegar su servicio de comercio criptográfico patentado en la plataforma comercial E*en la primera mitad de 2026 a través de una asociación con la firma de infraestructura de activos digitales Zerohash.
En el lanzamiento, los clientes comerciales de E*podrán intercambiar Bitcoin, Ethereum y Solana, marcando uno de los pasos más importantes hasta ahora por un banco de Wall Street para doblar los activos digitales en los servicios de corretaje convencionales.
Expandiendo el empuje criptográfico
La decisión se produce a medida que las instituciones financieras tradicionales aceleran los esfuerzos para capturar la creciente demanda de exposición a las criptomonedas.
Los competidores como Robinhood ya ofrecen una amplia selección de tokens, mientras que Charles Schwab ha adoptado un enfoque más cauteloso, proporcionando acceso a fondos cotizados en bolsa vinculados a BTC y ETH.
Interactive Brokers, otro rival minorista, también ha profundizado sus ofertas de criptografía, lo que indica una aceptación más amplia en todo el sector de corretaje.
El mercado de cifrado actualmente está valorado en aproximadamente $ 3.9 billones, con Bitcoin que representa alrededor de $ 2.25 billones y éter de alrededor de $ 506 mil millones. La escala de esos activos ha presionado a las corredoras establecidas para adaptarse para retener a los clientes cada vez más interesados en inversiones alternativas.
Zerohash gana impulso
Para Zerohash, la asociación con Morgan Stanley sigue una ronda de recaudación de fondos en la que la compañía obtuvo $ 104 millones y alcanzó el estatus de unicornio.
Los corredores interactivos lideraron la ronda, con la participación de Morgan Stanley, Sofi y otros patrocinadores financieros. La firma se especializa en proporcionar infraestructura que permite a los bancos y fintech ofrecer productos criptográficos sin construir sus propios sistemas de comercio y custodia.
La expansión también refleja un entorno político que se ha vuelto más favorable bajo la administración Trump, y los reguladores señalan el soporte para los activos digitales. El telón de fondo ha alentado a los bancos y administradores de activos de Wall Street a ir más allá de los programas piloto cautelosos a las ofertas en vivo.
La integración de Morgan Stanley del comercio de criptográfico en E*Comercio destaca cómo los activos digitales han cambiado de un experimento de nicho a un accesorio de finanzas globales, una que tanto los inversores minoristas como las instituciones ya no pueden ignorar.