Hasta hace poco, había “velas verdes en abundancia” en los mercados de criptomonedas desde la victoria electoral de Trump. Bitcoin rompió momentáneamente el importante nivel de $ 100,00, una recuperación cercana al 500% desde los mínimos de Crypto Winter de 2022, y el optimismo por las criptomonedas incluso está llegando al Congreso, donde las conversaciones sobre una Reserva Nacional de Bitcoin en EE. UU. están ganando fuerza.
Si las corridas alcistas del mercado de valores son maratones, las corridas alcistas de las criptomonedas son carreras vertiginosas. Pero el comprador debe tener cuidado: cuando las criptomonedas aumentan y el FOMO se afianza, los estafadores aprovechan el momento y convierten el revuelo en una mina de oro para actividades ilícitas.
Sin un marco regulatorio claro todavía, los riesgos se amplifican. A medida que el expresidente Trump regresa a su cargo con un Congreso más pro-cripto, el cambio regulatorio parece inminente. Pero, ¿a qué riesgos se enfrentan los inversores si las medidas de aplicación de la ley no cuentan con la financiación adecuada?
Los resultados de las elecciones de 2024 podrían marcar un capítulo fundamental en la historia de las criptomonedas. ¿Puede la nueva Administración Trump estar a la altura del desafío de no solo desbloquear una mayor innovación en criptografía, sino también proteger mejor a sus usuarios e inversores?
Por qué la aplicación de la ley y la protección deberían seguir siendo una prioridad
Las corridas alcistas de las criptomonedas suelen ir acompañadas de un aumento de las estafas y el fraude. Solo en 2023, un período de precios en aumento, el informe Crypto Fraud del FBI mostró que hubo $ 5.6 mil millones en pérdidas reportadas relacionadas con estafas y fraudes criptográficos. Un asombroso 70% (3.900 millones de dólares) de estas pérdidas se debieron a estafas de inversión.
Si bien las estafas de phishing prevalecen en un mundo digital, el aumento de diez veces en las pérdidas por estafas en cajeros automáticos de Bitcoin desde 2020 hasta mediados de 2024 muestra el problema de una manera tangible. Se robaron 65 millones de dólares en solo los primeros seis meses de 2024 a través de cajeros automáticos de Bitcoin, con una pérdida promedio de alrededor de 10,000 dólares según la Comisión Federal de Comercio. En conjunto, estas cifras muestran el daño financiero y exponen las brechas que deben abordarse para proteger a los consumidores y disuadir a los malos actores, especialmente si las criptomonedas van a seguir ganando terreno y popularidad.
El Reino Unido ha demostrado cómo la política gubernamental puede adaptarse para abordar directamente el aumento de los delitos relacionados con las criptomonedas. En 2024, se realizaron actualizaciones legislativas para permitir que las fuerzas del orden investiguen, incauten y recuperen criptoactivos ilícitos de manera más efectiva. Las medidas clave incluyen permitir la incautación de activos sin arrestos previos, confiscar elementos relacionados con la investigación, como contraseñas, transferir activos a billeteras controladas por las fuerzas del orden, destruir ciertos criptoactivos como monedas de privacidad cuando sea necesario y permitir a las víctimas reclamar sus fondos.
El desafío es encontrar un equilibrio entre las medidas implementadas en el Reino Unido y al mismo tiempo garantizar la privacidad y soberanía de los usuarios de criptomonedas.
Para mantener su reputación como líder mundial en regulación financiera, Estados Unidos debe establecer marcos que fomenten la innovación y al mismo tiempo protejan a los participantes del mercado de los malos actores, y reorientar los esfuerzos hacia la investigación de la actividad criminal.
En el centro del problema se encuentra la ambigüedad regulatoria, que ha afectado a la industria de la criptografía durante años. En 2024, a pesar de que los ETF spot de Bitcoin y Ethereum obtuvieron la aprobación, se intensificaron las acciones coercitivas contra las principales instituciones criptográficas, algo que los críticos citan como un enfoque contradictorio de la supervisión. Esta incertidumbre sofoca la innovación y deja a las empresas luchando por navegar en un panorama regulatorio inconsistente.
Para la administración entrante de Trump, existe un punto de partida obvio para resolver problemas de cumplimiento de alto nivel: crear una clara división de responsabilidades entre agencias como la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC) para eliminar la superposición regulatoria. o reglas opacas. Pero eso sólo resuelve parcialmente el problema mayor.
Proteger a los inversores protege el potencial de crecimiento de las criptomonedas
Los marcos de cumplimiento son tan sólidos como quienes los investigan y los hacen cumplir. El cumplimiento efectivo requiere inversión, no sólo de empresas individuales sino también de organismos encargados de hacer cumplir la ley. Si no hay nadie ahí para hacer cumplir las reglas, los malos actores tienen poco que temer. Históricamente, las agencias reguladoras han carecido de los recursos especializados necesarios para supervisar el panorama de activos digitales en rápida evolución, especialmente a nivel estatal. La administración Trump ahora tiene la oportunidad de priorizar la inversión en capacidades especializadas de aplicación de la ley, equipando a las agencias con las herramientas, el talento y la tecnología para mantenerse por delante de los malos actores sofisticados.
Por ejemplo, esto podría implicar la creación de canales más profundos para la colaboración policial y la facilitación de asociaciones público-privadas para monitorear y prevenir actividades ilegales en el espacio de los activos digitales. También podría reducir significativamente el enfoque de aplicación de mano dura que se aplica actualmente a la industria de la criptografía.
Al asignar fondos para capacitar al personal y desarrollar recursos adaptados a los activos digitales, las agencias pueden rastrear, investigar y procesar mejor las actividades ilícitas. Además, las inversiones públicas y privadas en herramientas de análisis de blockchain podrían permitir un seguimiento más eficaz de las transacciones, disuadir a los malos actores y ayudar a la recuperación de activos en casos de fraude.
Esta estrategia de aplicación reforzada no solo protegería a los consumidores sino que también mejoraría la legitimidad y reputación del mercado de activos digitales de EE. UU. en el escenario global.
¿Cómo serán las criptomonedas bajo un presidente y un Congreso pro-cripto? Para mí, el futuro es excepcionalmente brillante. Sin embargo, el camino a seguir requerirá un diálogo activo, inversiones estratégicas y un compromiso de colaboración entre los líderes de la industria y los reguladores. Este momento tiene el potencial de redefinir el panorama de los activos digitales en los EE. UU., estableciendo un alto estándar para el mundo.