China ha vuelto a dejar inequívocamente clara su posición sobre las monedas estables.
En un reciente foro de política financiera, Pan Gongsheng, gobernador del Banco Popular de China (PBoC), describió las monedas estables como una “nueva fuente de vulnerabilidades” dentro del sistema financiero global. Advirtió que podrían socavar la soberanía monetaria de las economías más pequeñas y permitir flujos financieros ilícitos.
Según él, estos activos “amplifican las lagunas en la regulación financiera global, como el lavado de dinero, las transferencias transfronterizas ilegales de fondos y la financiación del terrorismo”. También enfatizó que la mayoría de los proyectos de monedas estables no cumplen con los estándares básicos de cumplimiento, como la identificación del cliente y los controles contra el lavado de dinero.
Sus comentarios reafirman la postura de China desde hace una década: las monedas digitales privadas y las monedas estables siguen estando fuera de los límites, incluso cuando Beijing continúa promoviendo su yuan digital (e-CNY) como una alternativa controlada por el Estado.
Sin embargo, a medida que el resto del mundo acelera hacia las finanzas tokenizadas, la ausencia de China plantea la pregunta apremiante de si las monedas estables pueden realmente prosperar sin la economía fintech más grande del mundo.
Un mercado global que se mueve sin Beijing
Por ahora, la respuesta parece ser sí.
Mientras China redobla sus restricciones, la adopción global de monedas estables ha aumentado. Según datos de DeFiLlama, la capitalización total del sector superó recientemente los 308.000 millones de dólares, aumentando en casi 100.000 millones de dólares desde enero.
Al mismo tiempo, un informe de A16z muestra que los volúmenes de transacciones del sector superaron los 46 billones de dólares durante el año pasado, rivalizando con gigantes de pagos establecidos como Visa cuando se ajustan a la actividad legítima.

Chris Dixon, socio de la firma de capital riesgo A16z, dijo:
“Las monedas estables se han generalizado. [They] Hemos encontrado una adaptación entre productos y mercados, rivalizando con las redes de pagos más grandes del mundo en volumen de transacciones”.
Este hito no es sorprendente considerando que los gobiernos de toda Asia, que alguna vez se hicieron eco de la cautela de Beijing, están avanzando en la dirección opuesta.
Japón ha legalizado las monedas estables respaldadas por dinero fiduciario este año, y la empresa de tecnología financiera JPYC Inc. lanzó el primer token denominado en yenes totalmente compatible en Ethereum, Avalanche y Polygon.
Además, otras jurisdicciones importantes, incluidas Corea del Sur, Hong Kong y Singapur, están preparando marcos similares para otorgar licencias a los emisores y proteger a los consumidores.
En Occidente, Estados Unidos está impulsando una supervisión formal a través de leyes como la Ley GENIUS, mientras que las principales instituciones, desde PayPal hasta Western Union, están implementando sus propios activos de liquidación tokenizados.
Estas medidas están transformando las monedas estables de herramientas especulativas a infraestructura regulada para pagos, remesas y gestión de tesorería en cadena.
Ese impulso sugiere que el mercado puede funcionar y florecer sin la participación de China porque la tecnología ha madurado más allá de sus primeras raíces cripto-nativas.
Básicamente, las monedas estables actúan ahora como la capa de liquidez central de las finanzas descentralizadas y la columna vertebral del comercio en cadena, lo que permite la liquidación instantánea en miles de plataformas.
Prosperar sin China, pero no completamente libre de ella
Sin embargo, incluso cuando la industria se expande, la influencia de China persiste.
El tamaño del mercado, la capacidad comercial transfronteriza y la infraestructura de pagos digitales del país asiático siguen siendo incomparables. Plataformas como Alipay y WeChat Pay procesan más transacciones anualmente que muchas regiones enteras juntas. Excluir ese ecosistema limita el alcance y la escala potencial de las monedas estables.
En la práctica, la prohibición no ha eliminado la actividad de las monedas estables en China. En cambio, simplemente lo ha empujado a la clandestinidad.
Los inversores y empresas chinos todavía utilizan tokens vinculados al dólar como el USDT a través de bolsas extraterritoriales y mesas privadas OTC para mover fondos a nivel internacional o protegerse contra la volatilidad del yuan.
A pesar de las restricciones oficiales, las monedas estables siguen siendo un instrumento silencioso de movilidad de capital dentro de las redes chinas.
Este uso subterráneo ilustra cómo el próspero sector podría beneficiarse de la eventual inclusión de China en esta tecnología.
Una presencia china totalmente integrada, ya sea a través de una participación regulada o de la interoperabilidad entre el e-CNY y las monedas estables compatibles, vincularía la economía comercial más grande del mundo con los pagos basados en blockchain. Sin duda, esto completaría el efecto de red del que carecen actualmente las monedas estables.
Por ahora, sin embargo, están surgiendo dos sistemas paralelos: un ecosistema abierto impulsado por el mercado liderado por tokens respaldados por dólares, y un modelo cerrado y soberano de moneda digital construido en torno al e-CNY.
¿Una ausencia necesaria?
La decisión de China de mantenerse al margen puede, paradójicamente, fortalecer los argumentos a favor de las finanzas descentralizadas y las monedas estables.
Al negarse a integrarse, Beijing está obligando al resto del mundo a construir de forma independiente. Como resultado, este proceso ya ha creado un mercado más diversificado, consciente de la regulación y respaldado institucionalmente.
Las monedas estables se han vuelto indispensables para la liquidez global, impulsando los intercambios descentralizados, los mercados de bonos tokenizados y los instrumentos del Tesoro de EE. UU. Su crecimiento ha continuado a pesar de la incertidumbre regulatoria, los ciberataques y el escepticismo de los bancos centrales.
Por lo tanto, cada expansión refuerza su capacidad de permanencia y demuestra que el concepto de un dólar digital sin fronteras puede sobrevivir sin la aprobación de China.
Aun así, el panorama a largo plazo sigue teniendo matices.
Sin China, las monedas estables pierden acceso a uno de los mayores grupos de innovación en tecnología financiera y acuerdos comerciales globales. Con ello, podrían lograr una verdadera interoperabilidad entre los sistemas de pago occidentales y orientales.
Por ahora, el mercado está demostrando que es posible prosperar sin China.
Sin embargo, prosperar a nivel mundial puede ser mucho más difícil porque la ausencia de la economía digital más importante del mundo limita la escala.
Sin embargo, la silenciosa participación de los inversores chinos muestra que ni siquiera una política estricta puede suprimir el atractivo del dinero programable.
