Los organismos de control de la ética han expresado su preocupación por la promoción por parte del expresidente Donald Trump del próximo proyecto criptográfico de sus hijos, advirtiendo que podría plantear un importante conflicto de intereses si regresa a la Casa Blanca en 2024.
La empresa, supuestamente llamada World Liberty Financial, fue promovida recientemente por Trump en las redes sociales y se produce en medio de su apoyo vocal a la industria de activos digitales y sus recientes promesas de implementar políticas amigables con las criptomonedas.
Bajo escrutinio
Los negocios de la familia Trump han estado bajo escrutinio ético antes, particularmente durante el primer mandato del expresidente, cuando fue criticado por no desinvertir en sus participaciones comerciales.
Las frecuentes visitas de Trump a propiedades de su propiedad, a menudo acompañadas por funcionarios del gobierno, fueron ampliamente consideradas como una forma de aprovechar su presidencia para beneficiar a su imperio empresarial. El posible lanzamiento de World Liberty Financial podría reavivar estas preocupaciones, especialmente si la empresa opera bajo el paraguas de la Organización Trump.
La nueva empresa añade otra capa a estas preocupaciones, ya que la reciente postura pro-criptomoneda de Trump parece alinearse directamente con los intereses del próximo negocio de sus hijos. Los críticos argumentan que su promoción de la empresa, junto con su promesa de hacer de Estados Unidos la “capital criptográfica del planeta”, plantea serias cuestiones éticas.
Ishan Mehta, director de medios y democracia de Common Cause, una organización sin fines de lucro que aboga por la transparencia del gobierno, dijo a Politico que es muy problemático cuando una figura política aboga por políticas que podrían beneficiar directamente a una empresa que involucra a miembros de su familia, ya que esto crea una clara incompatibilidad.
No puede violar las leyes.
Mientras tanto, algunos expertos en ética sostienen que, si bien la óptica de la empresa es preocupante, técnicamente no puede violar las leyes de ética existentes.
Richard Painter, quien se desempeñó como abogado jefe de ética de la Casa Blanca durante la presidencia de George W. Bush, reconoció que si bien la situación parecía mala, no necesariamente violaría los estándares legales. Le dijo a Político:
“Desde una perspectiva óptica, es terrible. Pero no violaría ninguna ley de ética”.
Sin embargo, otros han respondido que la situación aún podría tener graves implicaciones para la confianza pública en el gobierno. Norman Eisen, un abogado de ética que trabajó en la administración Obama, dijo al periódico que este caso podría ser diferente de controversias pasadas.
Explicó que, si bien en conflictos anteriores se aprovecharon las lagunas existentes, en este caso Trump parece estar planeando crear nuevas lagunas y, al mismo tiempo, su familia desarrolla un negocio para aprovecharlas.